Repollés destaca la labor que realizan las entidades de inserción laboral en el ámbito de la salud mental

La consejera de Sanidad, Sira Repollés, ha visitado el Centro de Inserción Laboral APIP ACAM y la Unidad Psicogeriátrica de Larga Estancia de Zaragoza. Dos espacios pensados para pacientes con enfermedad mental grave. Un total de 33 aragoneses con estas necesidades acuden a diario a sus instalaciones para mejorar sus opciones de entrar en el mundo laboral.

La consejera, acompañada por Patricia Urzola, directora de la Fundación APIP-ACAM de Aragón, han recorrido, en primer lugar, las instalaciones del Centro de Inserción Laboral (CIL) y conocido de primera mano el trabajo que ahí se realiza. El CIL es un recurso de recuperación en salud mental, y está destinado a usuarios del Sector Sanitario Zaragoza III que precisan de este tipo de intervención. Un itinerario adaptado a sus necesidades, con el objetivo de prepararse y capacitarse para el acceso al empleo. El Centro dispone de formación en capacitación profesional en talleres prelaborales de Confección industrial y Limpieza de oficinas y despachos.

Repollés ha aprovechado la cita para insistir en la importancia de la recuperación del proyecto de vida de las personas con trastorno mental grave, especialmente en cuanto al acceso al trabajo, elemento muy importante también para la estabilización clínica, destacando la labor que desempeña este centro en este cometido.

La consejera también ha visitado la Unidad Psicogeriátrica de Larga Estancia ubicada en Ntra. Sra. de los Ángeles y desde donde se realizan programas destinados a personas mayores y con trastorno mental grave, a través de actividades como la Jardinería-Horticultura-Viverismo. Además, se trabaja junto con el IASS (Instituto Aragonés de Servicios Sociales) para que las personas que estén estables clínicamente y precisen una residencia de mayores, puedan acceder como cualquier persona, en función de su grado de dependencia.

La consejera ha valorado el trabajo desempeñado por la Unidad y el cuidado de la salud mental, también en edades avanzadas, y la necesidad de dotar e invertir recursos y medios para el tratamiento eficaz de estas afecciones así como un análisis amplio. Y ha recordado que “la enfermedad mental afecta a un importante porcentaje de las personas mayores por lo que resulta un problema de salud pública”.