Exposición de los trabajos del taller de encuadernación del Centro Ocupacional Romareda

Durante estas fiestas navideñas, hasta el 5 de enero, las bibliotecas Benjamín Carnés, en el Actur, y María Moliner, en el Casco Histórico, acogerán una exposición de los trabajos realizados en el taller de encuadernación del Centro Ocupacional Romareda de Zaragoza.

Son trabajos artesanales que durante todo el año elaboran los pacientes de Salud Mental en este Centro Ocupacional como carpetas, cubiletes, cuadernos de notas, etc.

Estos talleres, en los que trabajan pacientes del Centro desde hace ya 15 años, sirven para reforzar la atención psicoterapéutica y la integración. Así lo explica la directora del Centro de Rehabilitación Psicosocial Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, Carmen Ferrer, explicando que "con este tipo de iniciativas en las que llevamos muchos años trabajando, queremos lograr la reinserción total de estos pacientes a la vez que seguimos trabajando desde el ámbito sanitario, en procesos y otras actividades que tratan de elevar los niveles de autoestima de pacientes del área de Salud Mental".

Algunas de las piezas que podrán verse en estas dos exposiciones son libros envejecidos en los que se ha trabajado para evitar un mayor deterioro a través de procesos de encuadernación. Estos y otros objetos además se van a poner a la venta y sus beneficios se destinarán a los miembros del taller.

Desde el Centro Psicosocial Nuestra Señora el Pilar se organizan talleres de otras materias como jardinería, confección, limpieza y manipulados. En total, en todos ellos, participan unas 100 personas afectadas por algún problema de salud mental.

Cursos de iniciación

Los miembros del Centro Ocupacional Romareda además están participando de un programa de integración en la sociedad al ejercer de monitores en talleres de iniciación a la encuadernación que se realizan para escolares de centros educativos de la zona.

En sus clases enseñan a niños todo el proceso de elaboración artesanal de un libro, cursos por los que pasan al año en torno a 400 menores. "Son pacientes ¿explica Carmen Ferrer- que debido a su enfermedad han perdido muchas veces el rol de personas normales y la posibilidad de verse en una situación en la que son ellos los que pueden ayudar y cuidar de que los niños se comporten adecuadamente hace que mejoren notablemente su autoestima y por tanto su estado mental mejora casi de manera automática".

Una buena terapia de integración, de participación que, paralela al tratamiento sanitario que requieren sus patologías, permite acercar a estos pacientes una vida más normal.

Estos cursos de formación también los están impartiendo a personal adultas gracias a un acuerdo con la red de bibliotecas municipales de Zaragoza.

(Se adjuntan audios de Carmen Ferrer e imagen de la exposición de objetos que estará abierta hasta el próximo 5 de enero)