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Martes, 30 de abril de 2024

Museos

El IAACC Pablo Serrano incorpora a su exposición permanente la Bóveda para el hombre nº 28 del escultor turolense

Esta bóveda formó parte de la muestra de Pablo Serrano en la XXXI Bienal de Venecia de 1962

Presentación de la Bóveda para el hombre nº 28 de Pablo Serrano.
Presentación de la Bóveda para el hombre nº 28 de Pablo Serrano.Fabian Simon

El Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC) Pablo Serrano ha incorporado a su exposición permanente, en la sala 02 del museo, la Bóveda para el hombre nº 28 del escultor turolense. La pieza formó parte de la exposición de Pablo Serrano en la sala central del Pabellón de España de la XXXI Bienal de Venecia de 1962, donde quedó finalista.

El director general de Cultura del Gobierno aragonés, Pedro Olloqui, la directora honorífica del IAACC Pablo Serrano, Susana Spadoni, y el director del museo, Julio Ramón, han presentado este lunes la nueva obra adquirida por el Ejecutivo autonómico y que pasa a formar parte de la colección del centro. En el acto han participado también los miembros de la comisión asesora del museo, Lola Durán y Luis Nozaleda.

Pedro Olloqui ha recordado que Pablo Serrano es “el eje conductor de este museo”, un centro que “guarda el germen de la modernidad en las artes plásticas”. Uno de los protagonistas indiscutibles de ese legado es Pablo Serrano, “uno de los grandes protagonistas de la modernización de la escultura en este país”, ha subrayado, para indicar que el museo recoge la mejor colección de obras del escultor y “seguiremos profundizando en ello”.

En este caso, la bóveda se ha adquirido de forma “audaz”, una compra realizada fuera de España, a un precio “interesante para los intereses de la comunidad” y ahora pasa a fortalecer los fondos del museo, ha recalcado el director general.

Presentación de la Bóveda para el hombre nº 28 de Pablo Serrano.
Presentación de la Bóveda para el hombre nº 28 de Pablo Serrano.Fabian Simon

El director del IAACC Pablo Serrano, Julio Ramón, ha señalado que el centro ya contaba con otras nueve bóvedas del escultor, así como el museo “se ha ido enriqueciendo gracias a la generosidad de la familia de Pablo Serrano”; si bien la serie de bóvedas supuso un hito en la trayectoria internacional del artista. La pieza que se ha presentado este lunes presenta como singularidad que “tiene su propia peana, unos puntos de apoyo que le dan la sensación de ser más ligera”.

La obra, comprada a un particular de Italia, ha llegado “en muy buenas condiciones”, aunque ha sido objeto de una pequeña intervención porque, según ha explicado Julio Ramón, “debió estar en algún momento al aire libre, pero protegida”, por lo que se ha limpiado alguna pequeña suciedad causada por insectos en los recovecos. La pieza ha supuesto una inversión de 15.000 euros.

Por su parte, la directora honorífica del IAACC Pablo Serrano, Susana Spadoni, ha agradecido al director general y al director del museo su sensibilidad a la hora de recuperar obras del escultor y ha considerado que esta pieza se ha adquirido “a un precio muy razonable”, dado que podría llegar a valer “90.000 o 100.000 euros”. 

Presentación de la Bóveda para el hombre nº 28 de Pablo Serrano.
Presentación de la Bóveda para el hombre nº 28 de Pablo Serrano.Fabian Simon

BIENAL DE VENECIA

El Gobierno de Aragón adquirió en 2023 a un coleccionista italiano la Bóveda para el hombre nº 28 de Pablo Serrano, perteneciente a la serie ‘Bóvedas para el hombre’ y que formó parte de la exposición de Pablo Serrano en la sala central del Pabellón de España de la XXXI Bienal de Venecia de 1962.

Dentro de la trayectoria de Pablo Serrano (Crivillén, 1908 – Madrid, 1985), la década de los años 60 representa un periodo de intensa creación artística, que daría lugar a algunas de sus series escultóricas más significativas: ‘Bóvedas para el Hombre’, ‘Hombres – Bóveda’, ‘Unidades – Yunta’, ‘Lumínicas’ y ‘Hombres con puerta’. Fue, además, en estas series donde Serrano comenzó a interpretar en clave escultórica el personal discurso humanista que siempre le caracterizó.

La fecundidad artística de esta etapa llevaría aparejada la consolidación del escultor en el panorama internacional, mediante su participación en un número considerable de exposiciones individuales y colectivas. Esta nueva década se inauguraba con la presencia de dos obras de Serrano en una exposición clave dentro de la Historia del Arte español como fue la ‘New Spanish Painting and Sculpture’, celebrada en el MoMA en 1960.

A ésta se sumaría en diciembre de 1961 la muestra individual ‘Bóvedas para el Hombre’, con la que Serrano presentaba su nueva serie en la galería romana L’Attico, antesala de su participación en 1962 en la XXXI Bienal de Venecia, con una nueva muestra titulada también ‘Bóvedas para el Hombre’, donde la Bóveda para el hombre nº 28 estuvo presente.

La obra que se presenta pertenece al periodo creativo más importante de Pablo Serrano, siendo de especial relevancia la serie ‘Bóvedas para el Hombre’. La escultura Bóveda para el Hombre nº 28 constituye una aportación de especial relevancia para la colección del IAACC Pablo Serrano debido a que esta bóveda formó parte de la muestra de Serrano en la XXXI Bienal de Venecia.

Lola Durán ha detallado que esta serie de bóvedas reflexionan sobre la soledad del hombre en el mundo y la necesidad de encontrar refugios, “por eso construye estas piezas que parecen hechas con esa intención de que el hombre pueda protegerse”. Además, en la parte superior les aparecen unas alas que ascienden y dan un significado “de trascendencia, de elevarse”.

Presentación de la Bóveda para el hombre nº 28 de Pablo Serrano.
Presentación de la Bóveda para el hombre nº 28 de Pablo Serrano.Fabian Simon

OTRAS NUEVE ESCULTURAS DE LA SERIE

El museo cuenta con otras nueve esculturas de la serie ‘Bóvedas para el hombre’, pero ninguna de ellas participó en la citada muestra, por lo que la incorporación de esta obra a la colección del museo y su muestra permanente permite reforzar el peso de la serie dentro del discurso del museo, con el interés añadido de tratarse de una de las obras con las que Serrano iniciaba esta etapa.

La escultura destaca por su excepcional interés artístico, así como por el tamaño que presenta. Esta consideración se basa en la solución plástica adoptada por Serrano en el arranque de esta serie, mediante el ensamblaje de piezas de perfiles afilados que se muestran herederas de las soluciones aplicadas en sus ‘Tauróbolos’, representados en el museo con una pieza de 1958.

Al margen de su dimensión estrictamente artística, la incorporación de esta escultura al discurso expositivo permite representar y entender la participación y éxito de Serrano en el circuito expositivo internacional de los 70, teniendo en cuenta que ésta participó en la XXXI Bienal de Venecia.