Cultura
El Museo Juan Cabré acoge una exposición de Romà Vallés
Desde hoy y hasta el 10 de diciembre se podrá visitar “Romà Vallés, en movimiento”
Con motivo del centenario del nacimiento del pintor informalista catalán, Ramón Vallés, que mantuvo un estudio de pintura activo en Calaceite, el Museo Juan Cabré abre hoy sus puertas al público con una exposición, que se podrá visitar hasta el 10 de diciembre, bajo el título “Román Vallés, en movimiento”.
Romà Vallès (Barcelona, 1923-2015) es uno de los referentes pictóricos de la corriente informalista y de la expresión abstracta en el territorio catalán y balear. Entregado a la búsqueda constante de la forma y de su contenido intelectual, en una espesura matérica, el color se eleva por encima de la orografía plástica. A lo largo de los años su obra ha ido solidificando un sustrato del sentido del espacio, la utilización de la materia, la violencia del signo gestual y la uniformidad de una paleta de colores que emana espiritualidad.
Romà fue un trabajador incansable, además de su faceta de pedagogo, como artista realizó más de 345 exposiciones, de las cuales 85 individuales y una gran cantidad de conferencias, presentaciones y artículos.
La exposición muestra a través de obras de todas sus etapas creativas, su evolución desde la figuración hasta llegar al Informalismo. Tres vídeos y una recreación del estudio del artista completan el universo pictórico de este creador que encontró en la materia la forma de expresión y pintar la sala de color del paisaje del Matarraña (ocre, verde olivo...)
Vallés y Calaceite
Romà Vallès conoció el pueblo de Calaceite por primera vez en 1968 y acabó comprando su primera casa en la localización dos años más tarde. Se dejó influenciar e inspirar por los tonos cálidos, los atardeceres, el ambiente y la paz que inunda el paisaje del Matarraña.
En 2007 se publica “Romà Vallès, arquitecturas cósmicas”, catálogo en el que Romà deja unas pinceladas de lo que fue su estancia en la comarca aragonesa: “En Calaceite, los atardeceres, observados desde ciertas lomas son, en general, impresionantes. Una tarde, subimos con los Donoso al poblado ibérico de San Antonio, donde existen unas interesantes ruinas prehistóricas bien estudiadas por Juan Cabré y los especialistas de la época. Este poblado (o despoblado como dicen los de por aquí) está situado a una altura suficiente que permite al espectador tener un horizonte 360º. Fue una puesta de Sol inolvidable. Un poco sin exagerar, nos sentimos el centro del Universo o, dicho de otra forma, el foco principal de todo lo que nos rodeaba. Luego, hemos vuelto mil veces, pero nunca ha sido igual”. “El pueblo entero conforma un gran poema. Agazapado de la falda de una colina que lo defiende de los vientos ábregos y del Norte, con sus calles serpenteantes –imitando la ruta de sus Calvarios esparcidos por el campo– todo en su conjunto, Calaceite, al paso de los siglos, va recitando a quién sabe escucharlo un gran poema escrito en piedra”
Las series de Romà Vallés
Las series en las cuales está agrupada toda su obra han sido una manera de clasificar siempre a posteriori. La obra de Romà Vallès sucede en una secuencia rítmica. Cuando se iniciaba una serie no se podía precisar cuánto duraría, ni en tiempo, ni en cantidad de obras, ni en variaciones. El artista marcaba el inicio de la exploración, jugando con materiales, recursos técnicos, sabiduría y reflexión, hasta darla por terminada.
En la exposición del Museo Juan Cabré están expuestas todas ellas.
Cosmogonies (1956-1964). El artista investiga su relación con la materia, el gesto, el espacio, la composición y el color.
Primera etapa propiamente informalista.
Collage (1964-1967). Etapa reivindicativa en la cual se introduce el uso de retales de papel. La pintura no pasa a segundo plano, es un diálogo al mismo nivel que las imágenes, rostros y letras impresas.
Geometría (1968-1970). Trabajando en su nuevo estudio en Teià e inspirado por el minimalismo mezcla un nuevo planteamiento formal con el Cosmos descubierto en Cosmogonies.
Biomorfisme (1970-1972). Rompiendo la geometría y buscando formas más orgánicas surge Biomorfismes, donde se diluye otra vez la composición, aludiendo a rostros, ojos e fisiologías informes.
Floracions (1972-1974). Los supuestos ojos se transforman ahora en un momento de alegría explosiva. Un gusto por el color, un sentimiento de pintura relajada, placentera.
Nous Conceptes (1974-1979). Sigue una etapa en la cual el factor conceptualista prima. Se ensaya el concepto tridimensional de pintura, añadiendo cordeles y cintas adhesivas con un uso lírico.
Estas cuatro siguientes corresponden a su periodo en Calaceite:
Quatre elements (1978-1982). Basada en los cuatro elementos míticos: tierra, agua, fuego y viento. En ella se busca volver a lo primigenio, con ráfagas de color que ya no están subordinadas a la materia.
Signes (1982-1986). De forma progresiva el artista introduce unas pinceladas con ritmos muy marcados que el artista llamará Insectos, revelando mejor la profundidad del espacio anteriormente creado.
Nous Espais (1987-1998). Según denomina el artista, este ciclo se divide en Lírica, Blanc/Negre y Color. La serie se asemeja a notaciones musicales y los trazos adquieren una danza con el fondo vacío.
Romà continuará activo como artista hasta el final, creando obras de arte hasta los 85 años de edad, sin perder su esencia de aprendiz y explorador.
Sus últimas series son:
Entre Segles (1999-2004). A partir de 1999 entramos a Entre Segles, fruto de un trabajo muy intenso, dónde los signos parecen haberse diluido en formas y manchas color condensadas.
Heràclit (2005-). Heràclit supone la última serie del artista.