ACTO SOLEMNE DE APERTURA DEL CURSO ACADEMICO UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA 1997-1998
Zaragoza, 22 de septiembre de 1997
Comienza la Universidad de Zaragoza un nuevo curso con este acto académico solemne, preceptivo y formalmente obligado en cualquier prestigiosa institución educativa, como por historia y méritos propios lo es ésta que hoy nos acoge.
Una sesión cargada de referencias a la más pura tradición docente que al mismo tiempo se constituye, si me permiten la comparación, como declaración de principios o intenciones ante el horizonte de los nueve meses que quedan por delante.
Es este un buen momento para manifestar esos anhelos y ambiciones pues profesores, alumnos y personal de administración y servicios, y gran parte de la sociedad aragonesa, confiamos firmemente en la Comunidad Universitaria como un punto de referencia clave en el desarrollo de Aragón
El Excmo. Rector Magnífico ha expresado con franqueza y acierto varias reflexiones que, como él conoce pues he tenido la oportunidad de reiterárselo en numerosas ocasiones, comparto y asumo en el ámbito de la responsabilidad que corresponde al Gobierno que tengo el honor de presidir.
Usted sabe que mi Gobierno siempre ha entendido la colaboración institucional, como el término más adecuado para sustentar la relación entre el Ejecutivo y el Rectorado y ciertamente, tras casi dos años desde que las competencias en materia universitaria fueran transferidas a la Comunidad Autónoma, se han hecho muchas cosas, como digo, utilizando el término colaboración como sustento y aún tenemos muchas por hacer.
Aquellas cuestiones que hemos emprendido conjuntamente durante estos últimos veintidós meses, como han sido el "Plan Universidad 2000" o el Consejo Social de la Universidad, funcionan según los objetivos fijados inicialmente y los plazos que en su día nos marcamos se van cumpliendo sin sobresaltos.
Con el más absoluto respeto a la autonomía universitaria, con el sincero ánimo de no interferir en el desarrollo de este principio inspirador de la actividad docente y de que igualmente sea preservado desde el seno de la propia institución académica, el Gobierno de Aragón ha impulsado de forma decidida el apoyo financiero a la Universidad de Zaragoza.
Y ese apoyo lo ha materializado a través de tres vías muy concretas: ejecución directa de obras, concesión de subvenciones y la firma de convenios. Todo ello, insisto, con la finalidad de satisfacer las necesidades reales y objetivas de la Comunidad Universitaria, tanto en gasto corriente como en edificios y equipamientos, para que ésta pueda abordar los desafíos y las demandas que no éste Gobierno, sino la sociedad aragonesa exige en el presente y reclamará en el futuro.
Así, para el gasto corriente y en el próximo ejercicio económico, puedo confirmarle que se contempla un aumento de la subvención nominativa que repercutirá en una mejora de las condiciones docentes así como en la posibilidad de contratación de nuevo profesorado.
Respecto al esfuerzo inversor que hasta la fecha ha realizado el Gobierno de Aragón, tiene su continuidad en las obras de ampliación de la facultad de Ciencias y el edificio "A" del ACTUR, además de la próxima licitación de las obras del nuevo edificio de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica, edificio "B" del Campus Politécnico del ACTUR.
Con la ejecución de las obras de los edificios "A" y "B" se consolida el desarrollo en la margen izquierda del Ebro, de un polo tecnológico en el que concurren enseñanzas universitarias, centros de investigación y centros de apoyo empresarial.
Dentro de la programación prevista de inversiones en futuras obras de infraestructura universitaria, quiero ratificar expresamente el compromiso de mi Gobierno y el mio propio para, una vez alcanzado un acuerdo con el Ayuntamiento de Zaragoza y el Rectorado, acometer la rehabilitación integral de este singular edificio en el que nos encontramos.
Cómo he tenido la oportunidad de comentar con el Rector Magnífico en diferentes ocasiones, entiendo que sería oportuno crear una Fundación conectada con la Universidad y su Consejo Social, que tuviera fines investigadores, docentes y culturales, y cuya sede más idónea podría ser en mi opinión, tras la oportuna remodelación, este magnífico Paraninfo.
Si importante esta siendo el esfuerzo inversor en materia de obras y equipamientos, no lo es menos el que nos hemos propuesto llevar a cabo mediante convenios entre diversos departamentos de la Diputación General y la Universidad para la realización y ejecución de múltiples programas y proyectos dirigidos al mejor funcionamiento de los servicios prestados por la misma, a una mayor formación teórica y práctica de nuestros estudiantes universitarios, a la incorporación de postgrados al mercado laboral, a becas y a ayudas a la investigación y a proyectos del CONSID.
El mapa de las futuras titulaciones nos permitirá concretar en breve plazo la oferta educativa universitaria en nuestra Comunidad Autónoma, y simultáneamente debe constatarse, es una opinión de mi Gobierno, la apertura hacia Huesca y Teruel, buscando una descentralización racional que nos conduzca hacia un Aragón ordenado y equilibrado desde el punto de vista territorial.
Abrir más la Universidad hacia las ciudades de Huesca y Teruel pero también, integrar nuestra sociedad en la Universidad y a ésta en el tejido social. Con este propósito, el pasado trece de diciembre, las Cortes de Aragón aprobaron a iniciativa del Gobierno, la ley del Consejo Social de la Universidad cuya pretensión no es otra que, como he dicho antes, servir de conexión entre la institución educativa y los representantes de los agentes sociales, con los beneficios que ello supone para todos.
Podemos sentir cierto grado de complacencia por los avances conseguidos hasta la fecha aunque no satisfacción plena pues, como ha manifestado el Rector Magnífico, aún son muchos los retos que esta Universidad tiene planteados, especialmente en una época como la actual donde los cambios sociales se generan a tal velocidad que obligan a las administraciones no solo a ofrecer la oportuna respuesta, sino a prever las consecuencias de esas transformaciones.
En definitiva, ya estamos trabajando pensando en el futuro y ahora, en el presente, ponemos los medios a nuestro alcance para hacer sencillo y atractivo ese trayecto que nos queda por recorrer.
¿Cómo es ese escenario educativo que nos aguarda?.
Sería una temeridad por parte de este Presidente simplemente el aventurarse a diseñar ese futuro, pero si ya hay un elemento concreto al que deben estar atentas las universidades del mañana y en el que coinciden los expertos es la necesidad de mirar hacia el ámbito empresarial.
Conozco y alabo las iniciativas que en este sentido ya han definido y puesto en marcha varios centros -el Rector Magnífico ya ha hecho referencia a algunas acciones donde participa con entusiasmo la Administración autonómica-, pero permítanme incidir sobre este aspecto de manera muy especial y anime, a quienes ahora tienen responsabilidades en el gobierno universitario, a afianzar y extender con determinación estas acciones.
Otros países y culturas con menor tradición académica pero que han demostrado poseer una afinada visión de futuro, dirigen desde hace años sus esfuerzos por enlazar la más avanzada investigación y docencia con la empresa.
Formación para el conocimiento, pero formación también para vivir con dignidad nuestro futuro, por supuesto sin olvidar ese aspecto creativo y de innovación siempre asociado a la educación que se imparte en los campus.
He manifestado en alguna ocasión el carácter estratégico que para mi Gobierno tiene la Universidad, y esta poderosa razón nos anima a creer en una universidad moderna y eficaz, avanzada en la investigación e innovadora en la formación para Aragón.
Excmo. Rector Magnífico.
Mi reconocimiento al Profesor Doctor D. Macario Olivera Villacampa por la Lección Inaugural dictada, mi enhorabuena a los profesores que han accedido a los cuerpos docentes de esta Universidad, y mi agradecimiento hacia su persona al invitar al Presidente de Aragón a participar en este siempre significativo y solemne acto académico.
Aludía en su intervención el Rector Magnífico al esfuerzo realizado por el Gobierno de la Diputación General de Aragón hacia la Universidad de Zaragoza, y manifestaba su deseo de seguir colaborando en la misma dirección en beneficio de esta Institución.
Es también el deseo de mi Gobierno seguir trabajando conjuntamente en la línea constructiva y del entendimiento sobre la que hemos avanzado hasta la fecha, y a la que desearíamos incorporar un mayor grado de ambición y de confianza mutua.
Muchas gracias.