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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Trabajo

Publicadas las bases reguladoras de los nuevos programas experienciales del INAEM, sustitutos de las escuelas taller y talleres de empleo

Aunque se trata de programas muy similares, varían las modalidades y en todas ellas se contratará a los alumnos-trabajadores desde el inicio de los proyectos

Más de 170 desempleados participarán en 16 escuelas taller y talleres de empleo en la provincia de Huesca
Taller de empleo de robótica

El Boletín Oficial de Aragón (BOA) publica este viernes las bases que regularán la nueva convocatoria de ayudas para los denominados programas experienciales de empleo y formación, que sustituirán a las tradicionales escuelas taller y talleres de empleo. Aunque se trata de programas similares, se incluyen algunas mejoras y modificaciones. Entre los principales cambios, destaca la modificación de las modalidades y su duración, y la contratación del alumnado desde el inicio del proyecto y no solo en su segunda fase, como sucedía hasta ahora en las escuelas taller. En el mes de septiembre está prevista la publicación de la convocatoria de subvenciones para el desarrollo de estos programas.

Al igual que las escuelas taller y talleres de empleo, los programas experienciales serán programas públicos dirigidos a mejorar las posibilidades de inserción laboral de las personas desempleadas que participen en ellos, a través de su cualificación en alternancia con la práctica profesional. Estos programas se desarrollarán mediante la concesión de subvenciones públicas para el desarrollo de proyectos de carácter temporal que combinen empleo y formación, que respondan a las necesidades del mercado de trabajo.

Habrá tres modalidades de programas experienciales: programas de carácter general, con una duración de entre seis y doce meses, y dirigido a personas desempleadas de cualquier edad; programas específicos para menores de 30 años, de entre 12 y 24 meses de duración; y programas específicos para personas emprendedoras, que durarán seis meses y estarán dirigidos a personas desempleadas con un proyecto de empresa o entidad de economía social. Hasta ahora, las escuelas taller estaban dirigidas a desempleados menores de 25 años y tenían una duración de entre uno y dos años; en los talleres de empleo participaban personas sin empleo mayores de 25 años y duraban entre seis meses y dos años; y existía también la modalidad de talleres de empleo para personas emprendedoras, pero tenían una duración de entre tres y seis meses.

Las contrataciones de los alumnos-trabajadores se llevarán a cabo en modalidad de formación en alternancia. El INAEM concederá subvenciones para financiar los costes salariales de los participantes, cuya cuantía se fijará en la convocatoria en función de los costes vigentes durante la duración del proyecto. Al producirse la contratación del alumnado desde el inicio de los proyectos, desaparecen las becas que compensaban la participación de las personas participantes en las escuelas taller, que anteriormente solo eran contratados durante la segunda fase del proyecto.

Formación específica

Como en los programas de escuelas taller y talleres de empleo, en los programas experienciales la formación deberá estar directamente relacionada con el trabajo efectivo que se desarrolle en el marco del proyecto, que podrá ser una obra o un servicio de interés social. El programa formativo a impartir estará constituido por contenidos autorizados por el INAEM y dará derecho a la expedición de los certificados de profesionalidad o de la titulación o acreditación equivalente, excepto en los programas experienciales para emprendedores, que no será necesario.

Por otro lado, a la formación complementaria que también se ofrece en estos programas se les ha dado un mayor grado de definición, concretándose en cuatro áreas formativas: introducción al mundo laboral, habilidades personales y destrezas para el empleo, trabajo en equipo, organización laboral, orientación laboral, prevención de riesgos laborales, etc; formación en digitalización, innovación y herramientas tecnológicas vinculada a la ocupación del proyecto; formación específica ligada a la ocupación complementaria, destinada a mejorar los conocimientos técnicos del alumnado; y formación en igualdad, sensibilidad medioambiental, economía circular y sostenibilidad de directa aplicación a la actividad concreta de la obra o servicio que se desarrolle en el proyecto.

Por otra parte, las nuevas bases reguladoras publicadas este viernes prevé que las entidades locales o sin ánimo de lucro que promuevan los proyectos experienciales adopten las medidas necesarias para permitir a las personas trabajadoras con responsabilidades familiares y de cuidado familiar conciliar su participación en estos proyectos. Además, como criterio de aplicación general, en aquellos proyectos que vayan a desarrollarse en municipios de menos de 30.000 habitantes, en la selección se priorizará la participación de mujeres residentes en municipios de estas características poblacionales.

113 proyectos en Aragón

En 2021 el INAEM concedió subvenciones a un total de 113 escuelas taller y talleres de empleo repartidos por todo el territorio aragonés -49 en la provincia de Zaragoza, 30 en Huesca y 34 en Teruel- que han permitido ofrecer formación y empleo a 1.209 personas mientras desarrollan proyectos de interés social. Para ello se destinó un presupuesto histórico de 29,4 millones de euros, de los cuales, siete millones de euros provienen de los fondos europeos REACT-EU, como parte de la respuesta de la Unión Europea a la pandemia de COVID-19.

Este tipo de programas han registrado un alto porcentaje de inserción laboral en los últimos años. La mayoría de estos proyectos, subvencionados por el INAEM, están promovidos por corporaciones locales, aunque también hay iniciativas impulsadas por entidades sin ánimo de lucro y por organismos del Gobierno de Aragón. Entre las áreas temáticas de estas iniciativas, destacan varias vinculadas a la digitalización, además de proyectos en materias como la rehabilitación de infraestructuras, sostenibilidad y eficiencia energética, el reciclaje y tratamiento de residuos o la atención sociosanitaria, y por primera vez, se han puesto en marcha varios de estos proyectos dirigidos expresamente a personas con discapacidad.