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Miércoles, 30 de octubre de 2024

EL CONSEJERO DE AGRICULTURA Y MEDIO AMBIENTE EXPONE EN LAS CORTES EL RECHAZO A LA PROPUESTA PARA REFORMAR LA PAC

Lasa señaló ante la Comisión de Agricultura que el retraso de la reforma beneficiará a España en su carrera por alcanzar los niveles de competitividad de los países del Norte de Europa.

Zaragoza, 9-10-97 (M.O.) El consejero de Agricultura y Medio Ambiente, José Manuel Lasa, ha señalado hoy en su comparecencia ante la Comisión de Agricultura de las Cortes de Aragón que "todo retraso en las negociaciones y en la puesta en práctica de la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC) será buena para España en su carrera por alcanzar los niveles de competitividad de los países del Norte de Europa".

El consejero, que ha comparecido hoy ante la Cámara para exponer la posición negociadora de España ante la reforma que recoge la "Agenda 2000" desde la perspectiva de Aragón, ha señalado que en el documento de reflexión del Ministerio de Agricultura (MAPA) se defiende que la reforma no es urgente ni por la próxima ampliación de los Países del Este de Europa (PECO) ni por el próximo inicio de las negociaciones en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

"Lo cierto --señaló Lasa-- "es que en la nueva ampliación hacia los países del Este habrá de contemplar periodos transitorios suficientemente amplios porque las diferencias en las estructuras productivas y los niveles de renta lo justifican."

Asimismo, el consejero apuntó que "nuestra estrategia debe centrarse en la consecución de una agricultura competitiva capaz de sacar partido de los mercados internacionales y la globalización de la economía, lo que significa que los fondos estructurales son vitales para la modernización de nuestra agricultura".

En este sentido, ---añadió-- que el principal peligro para España es la incorporación de los PECO, ya que ello trasladará el centro de gravedad de la Unión Europea hacia el Norte, en detrimento de los países del Mediterráneo, especialmente en los temas estructurales.

En el año 1995, los 3 sectores característicos de la agricultura continental (herbáceos, vacuno y leche) absorbieron el 65% del presupuesto comunitario, mientras que los 4 sectores típicos de la cultura mediterránea (frutas y hortalizas, ovino-caprino, aceite de oliva y vino) solo representaron el 16%.

La Agenda 2000 propone una reforma de alcance limitado a los sectores agrícolas continentales, pero se sustrae del debate global el análisis de sectores de gran importancia para la agricultura mediterránea como vino, aceite o tabaco, puntualizó el consejero.

Para Lasa, este planteamiento obedece al interés de los países del Norte en cerrar el apoyo financiero para estos 3 productos, dejando en el aire las necesarias reformas de los productos continentales ante la indefinición de los nuevos marcos financieros.

Por ello, el consejero de Agricultura entiende que "hay que intentar por todos los medios que prevalezca la igualdad de trato entre productos continentales y mediterráneos, y que en la discusión tengan un apoyo equilibrado."

Asimismo, el consejero hizo especial hincapié en los temas estructurales de los que dijo que "deberían tener un mayor impacto a medio plazo para salvar la competitividad frente a terceros países".

"Por este motivo, --apuntó-- la supresión de los Objetivos 5a y 5b hacen perder la especificidad de tratamiento que ahora tiene el problema del desarrollo rural. Las regiones excluidas del Objetivo 1 sólo podrían acceder a un redefinido Objetivo nº 2,en el que el tratamiento de los aspectos agrícolas y el futuro del medio rural (antiguos Objetivos 5a y 5b) puede quedar diluido al compartir protagonismo con otros problemas como la reconversión industrial (antiguo Objetivo 2) o los problemas de las periferias (antiguo Objetivo 6)."

Adicionalmente, hay que resaltar "la gran indefinición que presentan los marcos financieros de los nuevos objetivos lo que contribuye a aumentar las suspicacias frente a la reforma", añadió el consejero.

En este apartado, le consejero señaló que "es necesario incorporar otros instrumentos medioambientales que contemplen los problemas característicos de los países mediterráneos como la erosión, los incendios forestales, la baja densidad de población y su irregular distribución en el territorio, la especificidad de la reforestación en medios áridos y semiáridos, entre otros.

No obstante --añadió Lasa-- no hay que perder de vista que por encima de todo, las medidas ambientales han de incentivar el mantenimiento de la población rural sobre su espacio vital como garantía de la preservación del medio natural, al menos en las mismas condiciones que con ese sistema lo hemos heredado de quienes nos han precedido". Así pues, las prácticas medioambientales en la agricultura "son necesarias como complemento o condicionante de las mismas, pero nunca pueden pretender convertir al agricultor en guarda de la naturaleza", matizó el consejero.

En este contexto. el consejero destacó que la Agenda 2000 plantea dedicar mayor atención a la calidad. "Y la calidad debe plantearse desde 2 perspectivas. Por un lado la calidad de los procesos de producción que es responsabilidad de las empresas y, por otro lado, calidad del producto en sí mismo por la garantía del uso de variedades autóctonas o procedimientos de elaboración artesanales, aspectos que cubren las Denominaciones de Origen.". Lasa considera que para que todo ello sea efectivo, la reforma "debería plantear algún mecanismo de financiación que permitiese compensar el sobreprecio que supone el cuidado esmerado por la calidad, al menos de forma transitoria hasta que estos productos hubiesen ganado el reconocimiento del mercado".